Luz y Abstracción Arquitectónica.
El Acto de Ver: Mi Viaje en la Serie «Creatividad»
Hay algo profundamente honesto en la fotografía que me obsesiona. Para mí, «Creatividad» no es solo una colección de imágenes; es el registro de mi propia lucha por desacelerar y mirar de verdad. En esta era de ruido visual constante y filtros que lo maquillan todo, mi intención fue simple, pero radical: capturar el alma oculta de lo cotidiano.
Esta serie nace de un trinomio que se ha convertido en mi brújula personal, el motor de cada clic: Luz, Formas y Emociones.
Mi Triada Personal: El Lente de la Experiencia
- La Luz, Mi Primer Idioma: No es el sol, es cómo me habla el sol. Aprendí a ver la luz no solo como una necesidad técnica, sino como un narrador dramático. Cuando el sol de mediodía cae con dureza, me obliga a ver la arquitectura de las sombras; me revela geometrías que la luz suave oculta. Y en el crepúsculo melancólico, busco esa suavidad que baña el contorno de las cosas con nostalgia. Cada foto es, primero, una conversación entre la luz y yo.
- Las Formas, Mi Silencio Necesario: Detesto el exceso. Me obsesiona la composición, no por una regla académica, sino porque la forma es el lenguaje silencioso que me ayuda a ordenar el caos. Busco las líneas guía de una calle vacía, el arco de un reflejo fugaz. Empleo el alto contraste y el minimalismo para depurar la escena, para que solo queden los elementos esenciales. Es un ejercicio de soltar lo superfluo y dejar que la forma hable por sí misma.
- Las Emociones, La Resonancia Final: Aquí reside el verdadero núcleo. Al final, no quiero documentar lo que vi, sino contar la historia de lo que sentí. Cada combinación deliberada de luz y forma está calibrada para evocar algo: ¿intriga, calma, el vértigo del asombro? Mi trabajo no busca recrear un momento; busca crear un recuerdo para el espectador. Si mi fotografía resuena, si proyectas tu propia melancolía o asombro en ella, entonces, y solo entonces, siento que he triunfado.
«Creatividad» es mi testimonio de que la visión del artista es infinitamente más importante que el movil en mi bolsillo. Es un recordatorio constante para mí mismo: la chispa creativa no la compra un equipo; reside en la incesante curiosidad del ojo humano y en la valentía de transformar lo común en algo extraordinario.
