«Arcos rojos» Daniel Buren.
El Puente de La Salve es uno de los símbolos más reconocibles de Bilbao. Inaugurado en 1972, conecta el centro de la ciudad con el barrio de Deusto.
Aunque su nombre oficial es “Puente Príncipes de España”, todos lo conocen como La Salve. El nombre proviene de una antigua tradición marinera. Los marineros rezaban una salve al avistar este punto al regresar a casa. Por eso, esta entrada a Bilbao está cargada de emoción y significado.
Este puente se transformó en un icono cultural gracias al arte contemporáneo. En 2007, el artista Daniel Buren instaló una estructura roja monumental sobre él. La obra se titula «Arcos rojos», y se integra con el Museo Guggenheim.
El puente literalmente atraviesa el museo, creando una conexión visual única.
La intervención de Buren simboliza el diálogo entre arte, arquitectura e ingeniería. Hoy, el puente no solo es funcional, sino también parte del patrimonio artístico de la ciudad.
Es uno de los puntos más fotografiados de Bilbao por locales y turistas. De día o de noche, su silueta sobre la ría es inconfundible.
Desde él se obtienen vistas espectaculares del Guggenheim y de la ciudad.
La Salve representa el Bilbao moderno: una ciudad que une tradición y vanguardia. Un puente que conecta orillas, pero también épocas y sensibilidades. Una estructura que cuenta historias del pasado y del presente.Caminar sobre él es cruzar el arte, la historia y el alma de Bilbao.
Un lugar imprescindible para todo el que quiera sentir la ciudad desde dentro.
