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Puente de Santa Catalina – Donostia | Arte y fotografía en Donostia | Ibarakaldo

Sobre el Urumea, Santa Catalina vigila el ir y venir de una ciudad que no olvida su alma.

El Puente de Santa Catalina es uno de los más antiguos y emblemáticos de Donostia. Une el centro de la ciudad con el barrio de Gros, cruzando el río Urumea.

El primer puente se construyó en 1803, de madera y de peaje. Fue sustituido por uno de piedra en 1872, y más adelante modernizado.

Debe su nombre a una ermita dedicada a Santa Catalina que existía en la zona. A lo largo de los años, ha sido testigo de la evolución urbana de la ciudad. Hoy es un puente de estructura moderna, pero con un aire señorial. Cuenta con amplias aceras, farolas ornamentales y vistas espectaculares.

Es un lugar de paso diario para locales y un punto de interés para turistas. Desde él se pueden ver los demás puentes del Urumea y la belleza del río. En días de marea alta, el agua llega hasta el borde de sus muros. Está rodeado de arquitectura elegante, árboles y mucha vida donostiarra.

El puente conecta lugares clave como el Boulevard, el Teatro Victoria Eugenia y la Plaza Cataluña en Gros, donde se respira ambiente joven y surfero. De noche, su iluminación lo convierte en una postal mágica. Es un rincón perfecto para caminar, sacar fotos o simplemente detenerse a mirar.

El Puente de Santa Catalina no es solo una estructura; es parte de la historia viva de Donostia. Un punto de encuentro entre el pasado y el presente, entre barrios y personas.

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